martes, 10 de julio de 2018

¡No pierdas la pasión por Dios!

                                                 Hay una interesante secuencia de eventos que llevan a la negación de Pedro. Primero, Jesús le advirtió de que era un objetivo: " Pedro, Pedro, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo, pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos". Después leemos que cuando fueron las autoridades a detener a Jesús, "...Pedro lo seguía de lejos". Fíjate que Pedro se había alejado de Cristo. Y entonces, el hombre  que había jurado morir por Jesús, negó conocerle. En ese momento cantó el gallo, Pedro recordó la promesa que le hizo a Jesús y, saliendo fuera, lloró amargamente.
                                                   Observa cómo se desarrolla la historia: (a) no estás preparado al ataque del enemigo cuanto se produce; (b) dejas que las presiones del trabajo y la familia te hagan olvidar que tu primer compromiso es siempre con Dios; (c) acabas derrotado espiritualmente. Dices: "Esto nunca me va a pasar a mi" ¡Eso es lo que dijo Pedro! La razón por la que "...Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo..." es por que sabe que cuando te apasionas por los propósitos de Dios, eres imparable. De hecho, el deseo que arde en tu interior es el combustible que te permite resistir sus ataques.
                                                     Hay un motivo por el que la crucifixión es conocida como "La Pasión"
La Biblia dice de Cristo: "...puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios". Hasta el momento de su muerte, Jesús estaba ministrando a los demás. ¡Eso es pasión! Así que la Palabra de hoy para ti es: ¡No pierdas la pasión por Dios!.  

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