martes, 28 de agosto de 2018

Maravillosa gracia

                                                   Cuando Juan tenía once años, su padre, que era instructor de la marina, le preparó para la Marina Británica; pero Juan carecía de disciplina. Fue arrestado por deserción , degradado y azotado. Se burlaba del mundo y despreciaba a los miembros cristianos de la tripulación. Una noche despertó y se encontró con que su camarote se estaba anegando de agua. A estribor, se había abierto  uma vía de agua. Normalmente cuando una embarcación sufre esta clase de daño, suele hundirse en cuestión de minutos, pero gracias a que la carga actuó de contrapeso, consiguieron un tiempo valioso. Juan, oyó como otro marinero gritó: "¡estamos perdidos!". Y, como en una película, toda su vida pasó por su mente. En ese momento se arrepintió, entregó su corazón a Cristo, e hizo una oración que podría haber olvidado, puesto que el barco no se hundió esa noche. Sin embargo, fué algo que recordaría muchos después de haberse retirado de la marina para convertirse en un predicador y poeta.
                                                       Pablo dice: "Tenemos..el perdón...según las riquezas de Su gracia"Juan, podría unirse a Pablo diciendo: "A mi, que soy el mas insignificante...me ha sido dado gracia para predicar...las insondables riquezas de Cristo".
                                                        Pequeños relatos, cuentan grandes historias y la gran gesta aquí es el himno que escribió Juan, simbolizando su conversión a Cristo. Es posible que lo hayas cantado alguna vez: "¡Sublime gracia del Señor! Que a un infeliz salvó; fui ciego, mas hoy miro yo, perdido y Él me halló. Su gracia me enseñó a temer; mis dudas ahuyentó; ¡oh, cuán precioso fue a mi ser cuando Él me transformó! En los peligros o aflicción que yo he tenido aquí, su gracia siempre me libró y me guiará feliz" La "gracia" que nos salva es 'insondable', nunca lo entenderemos. Es por eso que la última estrofa del himno dice: "Y cuando en Sión por siglos mil brillando esté cual sol,yo cantaré por siempre allí su amor que me salvó.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario