viernes, 26 de octubre de 2018

¿A qué esperas? ¡Habla!

                                                   Hay pocas cosas que tengan tanto poder como las palabras adecuadas en el momento adecuado. Por la misma razón, las palabras no dichas cuando se presenta la oportunidad son una pesada carga. Una experta en relaciones humanas hace la reflexión siguiente al rememorar el pasado.
                                                    'Recuerdo cuando te cogí el coche nuevo y te lo destrocé. Pensé que te pondrías como una fiera y me reprenderías con dureza pero no lo hiciste. Recuerdo cuando fuimos a la playa y tú no querías ir porque dijiste que iba a llover. Fuimos y llovió- Estaba seguura de que me lo restregarías diciendo: 'Te lo dije...', pero no lo hiciste. Luego está la ocasión cuando derramé zumo de arándano en tu flamante  esmoquin blanco. Sabía que te molestaría y me echarías  la culpa, pero no lo hiciste. ¿Y recuerdas aquella velada en la que debíamos vestir de etiqueta? Te dije por error que era informal y te presentaste vestido en vaqueros, y te sentiste como un pez fuera del agua. Estaba segura de que te irías de allí enfadado y me dejarías sola en la fiesta. Pero no lo hiciste. Quise decirte a tu regreso de Vietman cuánto te amaba y cuanto te valoraba por todas esas cosas. Pero no volviste.'
                                                      Dijo Salomón: "...tiempo de hablar...". Pero el tiempo es corto  y cuando se acaba, se acabó. No te pases el futuro lamentándote y llevando por dentro todas las palabras no expresadas que alguien necesitaba escuchar: "Panal de miel son los dichos suaves, suavidad para el alma y medicina para los huesos" ¿A qué esperas? ¡Habla!.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario