jueves, 4 de octubre de 2018

¿Cuales son tus "ganancias"

                                                    En los negocios se habla de las "ganancias". Son tu beneficio neto, tu balance final.                                 He aquí una verdad que tienes que saber antes de que firmen tu certificado de defunción, hagan los arreglos para tu entierro y pongan flores en tu tumba: cuando vives para ti mismo y no cumples el propósito de Dios para tu vida, las ganancias no merecen la pena por la inversión. Salomón escribe: "Volví a sentirme descorazonado de haberme afanado tanto en esta vida, pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quién jamás movió un dedo.¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme!". O como dice un escritor: "El ejecutivo que trabaja 12 horas diarias tendrá mucho éxito. Y también será recordado con cariño por el siguiente marido de su mujer".
                                                      Va a llegar el día en que todas las cosas materiales por las que has luchado, te has estresado y agotado no tendrán importancia. Tu curriculo y tu posición ya no impresionarán a nadie. A nadie le importará el tipo de ropa que llevas, o los coches que conduces, excepto a los familiares que planean vestirse con ella y conducir esos coches o venderlos. Si fueras sabio, te plantearías dejar esta vida  con unas ganancias que resulten de lo siguiente: (a) satisfacción; la que proviene de haber cumplido la tarea encomendada por Dios aquí en la tierra. (b) éxito; el cual se mide pensando en las recompensas eternas, no en las temporales; (c) seguridad; la que procede de conocer a Jesucristo como tu Señor y Salvador. ¡Estas cosas son las únicas ganancias por las que merece la pena vivir!.

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