miércoles, 31 de octubre de 2018

El quebrantamiento (2)

                                                     Pablo escribe:  "Que ...Dios... os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo". La palabra "santificar" significa "ser apartado" con el único fin de ser usado exclusivamente para cumplir los propósitos de Dios. Pablo lo describe como "el supremo llamamiento de Dios". Y es algo que ocurre de dentro para afuera . Nota que nuestro cuerpo aparece en último lugar en el orden de transformación, por una sencilla razón: El problema de un ladrón no está en sus manos, sino en su mente o espíritu que le dice que robar está bien. La mente les dicta a las manos lo que tienen que hacer. Por lo tanto, si se transforma su espíritu, las manos lo seguirán- De lo contrario, lo puedes esposar y meterlo en la cárcel pero seguirá siendo un ladrón por dentro. Muchos de nosotros queremos tener victoria sobre los pecados corporales pero sin una transformación interna profunda. Pero Dios comienza con nuestro espíritu porque ésa es la parte de nuestro ser que nos hace conscientes de Dios, que nos "conecta" con Él. Cuando Dios libera nuestro espíritu, entonces nuestras emociones y nuestro cuerpo siguen la misma línea.
                                                    Si tienes hijos, sabrás que cada niño responde a la disciplina de manera diferente. Un niño derramará un mar de lágrimas mientras que otro se te enfrentará y desafiará. Dios hará todo lo que sea necesario, el tiempo que sea necesario para deshacernos de nuestra autosuficiencia para que podamos demostrar la vida de Jesús en nosotros. Pero nosotros decidimos cuánto va a durar el proceso, con nuestra sumisión o nuestra resistencia. Pablo oró: "...Señor, ¿qué quieres que yo haga?..." Haz que ésa sea tu oración en este día-    

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