Cuando se trata de dinero, la Biblia nos enseña que tenemos que:
(1) Ahorra para cuando lleguen "las vacas flacas". "Tesoro preciado ...hay en la casa del sabio, pero el hombre insensato todo lo disipa.
Aprende a vivir dentro de tus posibilidades y enseña a tus hijos a hacer lo mismo. En lugar de usar tu tarjeta de crédito indiscriminadamente, recuerda que puedes vivir feliz sin la mayoría de las cosas que nos ofrece la publicidad. Antes de comprar algo, ora. El sólo hecho de que tu banco te conceda el préstamo, no significa que sea lo más acertado, o de que Dios apruebe ese gasto. Todos los barcos suben cuando la marea sube, pero también bajan con ella. José pidió al Faraón que "...junten toda la provisión de estos buenos años... y esté aquella provisión...para los siete años de hambre..." Vive según "el principio de José" y ahorra.
(2) Siembra en tiempos de hambre . La Biblia dice: "...el que siembra generosamente, generosamente también segará" . Tú dices: "Pero ahora estoy en apuros económicos" No te retraigas por temor a no tener suficiente. Da a Dios una semilla para que pueda hacerla fructificar y sin duda Él te dará una cosecha cuando lo necesites. La capacidad de Dios de proveer no está condicionada a la economía mundial. Haz lo que hizo Isaac: "...Hubo hambre en la tierra...Sembró Isaac...y cosechó aquel año el ciento por uno; y lo bendijo el Señor" ¿Quién bendijo a Isaac? ¡El Señor! Cuando el Señór te diga que des, da en fe, sabiendo que a su debido tiempo, de la forma adecuada y en lugar preciso, vas a recibir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario