viernes, 25 de septiembre de 2020

Aguanta un poco y deja que Dios haga su obra

                                         Hay momentos en la vida en la que parece que todo lo que emprendes sale mal. Tu fe es firme y llevas una vida de compromiso, y sin embargo la adversidad está a la puerta. En estas situaciones, el poder de la oración te estabilizará y fortalecerá, ¡pero no podrás evadir las estaciones de la vida! Dios tiene un propósito al no dejar que te vaya bien siempre. El verdadero crecimiento requiere etapas de luchas y tiempos de éxito. Esos momentos difíciles destruyen el orgullo y la confianza en tus capacidades, aumentan tu dependencia de Dios y te hacen decir como Pablo: " No que estemos capacitados para hacer algo por nosotros mismos ... nuestra capacidad proviene de Dios.Son lecciones de humildad pero las necesitamos.

                                          Tu vida es como un árbol: en invierno repone sus fuerzas en silencio, preparándose para la siguiente estación de fruto. Cuando mires hacia atrás y consideres los logros de tu vida, te darás cuenta de que vinieron en estaciones determinadas. Unas son de lluvia y otras de sol, pero todas cumplen una función. Por eso es un error tomar decisiones permanentes basadas en circunstancias temporales o emociones cambiantes, " pues las cosas que se ven  son temporales, pero las que no se ven son eternas". La palabra  "temporal" significa "sujeto a cambios". O sea, que no siempre las cosas van a ser así, ¡aguanta un poco! A veces no hay que hacer nada para cambiar la situación, sólo necesitas paciencia y confianza en Dios. Escribe Pablo: "...Esta leve tribulación momentánea produce....un eterno peso de gloria" Dios está haciendo que las circunstancias actuales redunden en tu beneficio, aunque tu no lo entiendas ahora.  

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