lunes, 14 de septiembre de 2020

Hay un lugar a la Mesa para todos

                                                Después de la resurrección de Lázaro, leemos: "...Lázaro y sus hermanas invitaron a cenar a Jesús..." Marta servía, María estaba sentada escuchando y Lázaro hablaba con los invitados. Hay sitio a la mesa de Dios para toda clase de personas. Observemos a Marta. Las Martas normalmente trabajan en la sombra, con las mangas remangadas, asegurándose de que todo el mundo ha comido y bebido. No buscan protagonismo y muchas veces no apreciamos a esta clase de personas hasta que faltan. El problema con las Martas es que tienden a hacer que la misión sea más importante que el Maestro. Es preciso que éstas recuerden que la adoración también es servicio. Las Marías suelen olvidarse de que hay facturas que pagar y comidas que preparar. A veces andan tan "elevadas" que no tienen los pies en la tierra. Éstas necesitan comprender que el servicio también es adoración. Pero nos hacen falta las Marías; ellas ponen pasión en la alabanza y se puede contar siempre con ellas para que intercedan por otros.
                                                    Gran multitud de los judíos...fueron no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro...y creían en Jesús". Lázaro tenía un testimonio tan increíble que los que lo oían se convertían de inmediato. Esto nos recuerda que todos tenemos un testimonio que compartir acerca de la gracia y la misericordia de Dios. ¿Cuando fue la última vez que la compartiste con alguien? Resumiendo, si eres una Marta, Dios ve tu obra de amor, si eres una María, se deleita en tu alabanza y si eres un Lázaro, Él ha prometido honrar tu testimonio. ¡Para todos hay un lugar a la mesa!. 

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