martes, 29 de septiembre de 2020

'Señor, gracias por mi libertad'

                                         La historia se hace eco de capítulos muy negros donde tiranos impíos y dictadores religiosos castigaban como delito leer la Biblia o adorar a Dios según el dictado de la conciencia. En 1945 alguien escribió lo siguiente: "Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era dícomunista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, callé, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los católicos, guardé silencio,porque yo era protestante. Cuando vinieron a buscarme a mí, ya no quedaba nadie que pudiera protestar a favor de nadie".

                                         Coronando la Cúpula del Capitolio de Washington, se encuentra una estatua de unos 7 metros de altura llamada "La Libertad". Representa a una mujer cuya cabeza lleva una diadema de estrellas y en su mano tiene un escudo con las barras y las estrellas de la bandera de los Estados Unidos. Dicha estatua fué transportada por barco desde Roma. Durante el trayecto se desencadenó un temporal tan feroz que el capitán pidió que alijaran la carga. Los marineros querían tirar la estatua por la borda, pero el capitán se negó, gritando en medio de los vientos; 'Nunca. Antes nos hundimos todos que tirar la libertad' Benjamin Franklin dijo que los que entregan la libertad a cambio de la seguridad, no merecen ni libertad ni seguridad. Dirigiéndose a los creyentes de Galacia, Pablo reprende a los legalistas que querían forzarlos a que volvieran a cumplir los requisitos imposibles de la antigua ley. Y escribe así: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de la esclavitud " Hoy haz un alto en el camino, dirige tu mirada al Señor y dile: '¡Gracias por mi libertad!' 

No hay comentarios:

Publicar un comentario