En la vida, algunas relaciones se acaban. La forma cómo manejas esos momentos influirá en tu futuro y lo definirán. No podrás entrar adecuadamente en la siguiente estación de tu vida si no sales bien de la anterior. Por ello, intenta cerrar la puerta con gentileza- tal vez tengas que volver algún día. Cierra la puerta con perdón; el resentimiento envenenará tu actitud y tus recuerdos te carcomerán por dentro. Deja el juicio a Dios; Él conoce las dos partes. Cierra la puerta cumpliendo tus promesas. Jefté tuvo que pagar un costo personal muy alto, pero mantuvo su voto diciendo: "...Le he dado mi palabra al Señor, y no podré retractarme". Tu carácter está en entredicho; sea cual sea el precio que tengas que pagar, cumple tu palabra, porque Dios escuchó cuando la diste. Cierra la puerta con valentía. No es fácil enfrentar el futuro cuando te sientes solo, pero recuerda que, en realidad, no lo estás. Jesús dijo: "...Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Cierra la puerta en el tiempo de Dios. Llora tu pérdida pero no te quedes estancado en el pasado.
El rey Saúl representaba el pasado pero David encarnaba el futuro. Cuando Dios rechazó a Saúl porque no le había agradado,Dios dijo al profeta Samuel: "¿Hasta cuando llorarás por Saúl, habiéndolo yo rechazado...??...Ven, te enviaré a Isaí de Belén , porque de entre sus hijos me he elegido un rey" . Cuando algo acaba, algo nuevo comienza. Está bien reconocer el pasado y aprender de él, pero cuando Dios cierra las puertas, es tiempo de dar pasos hacia el futuro que te ha preparado.
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