Cuando ofrendas para cumplir la oración del Padrenuestro "Venga tu Reino. Hágase tu voluntad.....". el Señor hará que tengas todo lo que necesitas cuando lo necesites. Esa es Su garantía y debería disipar todo temor en ti acerca de dar. De hecho, sólo una cosa debería preocuparte a la hora de dar: retener tu dinero hasta tal punto de que Dios ya no forme parte de tus finanzas. No hay nada que puedas hacer por merecer el amor de Dios, pero tienes que ejercitar la fe y seguir Sus instrucciones si quieres caminar en Su bendición. Pregúntate lo siguiente: '¿Quién va a suplir mejor mis necesidades, Dios o yo?' Si eres generoso con Dios. Él hará que tengas más que suficiente para que lo sigas siendo.
Pero primero quiere verte invertir más en Su Reino; no con vistas a recibir lo que quieres de Él sino porque valoras Sus propósitos eternos más que tus propios intereses. ¿Estás preparado para dar un paso de fe y aprovechar la ley de la siembra y la cosecha invitando a Dios a que se implique en tu economía? El dinero es por lo general la últimas puerta que abrimos a Dios, porque pensamos que eso representa nuestra seguridad. Si quieres sentirte seguro financieramente deja que Dios sea parte de tus finanzas lo antes posible. Cuanto antes empieces a sembrar semillas, antes empezarás a recoger una cosecha. Y cuando eso ocurra, nunca volverás a hacer las cosas como las solías hacer.
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