martes, 13 de febrero de 2018

Envejeciendo bien

                                                        Observando como envejecían sus padres, la autora Brenda Smith aprendió las siguientes lecciones: (a) envejecer no es opcional, pero ser "viejo" si lo es. No dejes de hacer planes, pues de otra forma, inconscientemente estarás dándote permiso para morir. Mi padre creía que "debía un alquiler" por ocupar un espacio en la Tierra, y se lo "pagaba" a los demás; (b) Dios es real. Mi madre sufría depresiones al avanzar el Parkinson que padecía. Sin embargo, buscaba la mano del Señor en todo, y una vida de fe la ayudó aun más la suficiencia de Dios durante los últimos años de su vida; (e) El tiempo es un regalo, David dijo; "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría". Mi padre le dijo a un amigo suyo: "Cuando te queda poco tiempo no puedes gastarlo en estupideces, y aprendes a invertir en cosas importantes "
                                                          (d) La enfermedad no produce santidad. Es una prueba de paciencia, de control emocional y de madurez. Cuando mi padre quedó incapacitado, descubrió que la enfermedad no te acerca más al Señor de forma automática. Todavía tuvo que disciplinar su mente para gozar en Él y encontrar verdadero gozo en Cristo; (e) La risa reaviva el alma. Después de que su padre cayera enfermo, Brenda escribió sobre cómo este respetado escritor, conferenciante y consultor "acabó riéndose de que se le cayeran los pantalones cada vez que se levantaba de su silla de ruedas". Cuando la "madre naturaleza" y el "padre tiempo" lleguen para ponernos a prueba, nos miraremos al espejo y entonces, nos reiremos o lloraremos. Como el "...corazón alegre es buena medicina..." y como Dios nos ha preparado un nuevo y maravilloso cuerpo en el Cielo, ¡tómate la vida con alegría!.           

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