viernes, 9 de febrero de 2018

La vida es lo que haces de ella

                                                       Una vez había un anciano muy sabio. Todos los días solía estar sentado con su nieta en una mecedora en la puerta de una gasolinera, dispuesto a saludar a los turistas que pasaban por su pequeña ciudad. Un día, un hombre alto, que parecía ser un turista, empezó a informarse sobre la zona como si estuviese buscando un lugar para vivir. "¿Qué tipo de ciudad es esta?" preguntó. El viejo le respondió: "¿Bueno, de qué tipo de ciudad viene usted?". El turista le dijo:"De una donde todo el mundo se critica mucho. Es un lugar negativo para vivir". El hombre viejo le contestó:"¿Sabe usted una cosa?" Así es esta también".
                                                         Poco después, una familia paró a repostar. El padre se bajó del coche y le preguntó al anciano: "¿Es este un buen sitio para vivir?". "¿Qué me dice del sitio de donde es usted?". El padre de familia le contestó: "En mi ciudad, todos son muy amables y siempre están dispuestos a ayudar. No me gustaría marcharme de allí". El viejo sonrió y le dijo: "¿Sabe usted una cosa? Entonces es parecida a esta pequeña ciudad". Después que la familia se había ido, la nieta le miró y le dijo: "Abuelito, ¿porque dijiste al primer hombre que llegó que este era un lugar horrible para vivir y sin embargo, cuando apareció aquella familia, dijiste que era un sitio maravilloso?". El anciano miró fijamente a los ojos azules e interrogantes de su nieta y le dijo: "No importa donde vayas, te llevas contigo tu actitud. Y eso es lo que hace terrible o maravilloso el lugar en donde vives". Pues sí, ¡La vida es lo que haces de ella!.    

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