jueves, 8 de febrero de 2018

Poniendo a los demás primero

                                                     Un hombre se compró una televisión nueva y unos vecinos le estaban ayudando para colocar la antena en el tejado. No estaban adelantando mucho, hasta que alguien nuevo en el vecindario apareció con una lujosa caja de herramientas, terminando el trabajo en cuestión de minutos. Dándose la enhorabuena, le preguntaron al nuevo vecino que era lo que hacía normalmente con esas herramientas tan sofisticadas. Sonriendo contestó: "Principalmente, ¡hago amigos!". Desgraciadamente, esta clase de conducta servicial ha dejado de ser la norma en nuestra sociedad y el egoísmo se ha convertido en el procedimiento habitual. La Biblia dice que en los últimos días habrá hombres amadores de sí mismos, vanidosos, ingratos y engreídos. ¿Has percibido algo parecido últimamente? Intenta ocupar un sitio para aparcar que otro conductor  quiere tener, u observa a los compradores delante de la caja empujándose para ganar treinta segundos...Y ya que estamos en el tema, ¿qué me dices de "tu asiento" en la iglesia, ése que has estado calentando durante treinta años.
                                                        El principio de poner a los demás primero no se originó como una estrategia de relaciones públicas sino que vino directamente del Dios que inspiró a Pablo a escribir: "...con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los demás". Jesús mismo dijo: "--- todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así haced vosotros también con ellos...". De manera que la próxima vez que alguien te corte el camino conduciendo o te trate con menos cortesía y consideración de la que esperabas, en vez de disgiustarte y vengarte, úsalo como una oportunidad para practicar eso de poner al otro primero.          

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