Alguien escribió: "Un niño está en la playa. Con una pala de plástico llena de arena un cubo de color rojo vivo. Después pone el cubo al revés y forma un castillo. Un hombre está en su oficina colocando los papeles en diferentes montones para después asignar las tareas correspondientes; manipula números, firma contratos y genera un beneficio.
Dos "constructores" y dos "castillos". No ven más allá de lo que tienen delante pero están haciendo algo.Para los dos vendrá la "marea" y llegará el final de todo. Y aquí es donde terminan las similitudes, porque el pequeño ve lo que va a venir, mientras que el hombre lo ignora. Mira al chiquillo a la hora de llegar el atardecer;cuando se acercan las olas, este niño observador comienza a aplaudir. Lo que está a punto de llegar no le da pena, ni miedo, ni arrepentimiento, porque sabía que esto sucedería . No está sorprendido y cuando finalmente una ola grande choca contra su castillo y su obra de arte es engullida por el mar, sonríe recoge sus juguetes, se agarra a la mano de su padre y se va a casa. El adulto, sin embargo,no es tan sabio. Cuando las "olas" de los años desmoronan su "castillo" está aterrado. 'Planea' mirando a su "castillo de arena" para protegerlo. Trata de bloquear las "olas" con los "muros" que ha construido. "Empapado" de "agua salada" y tiritando mira preocupadísimo hacia la "marea ascendente" desafiándola con un: '¡Es mi castillo...!' No hace falta que el océano le responda, los dos están apercibidos de a Quien pertenece la 'arena'... y yo no sé mucho acerca de castillos de arena, pero los niños si saben. Contémplalos a los dos y aprende de ellos. Adelante, construye lo que quieras, pero hazlo con el corazón de un niño. Cuando "el sol se ponga" y la "marea" se lo lleve todo, empieza a aplaudir. Rinde homenaje al proceso de la vida, después toma la mano de tu Padre, y vete a Casa".
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