martes, 28 de noviembre de 2017

Si no tienes paz, es porque tu pensamiento está "fuera de juego"

                                                    Cuando Dios nos habla, nos da una profunda sensación de paz para confirmarnos que el mensaje es verdaderamente suyo. ¡Ojo, pues con la falsa paz! Si tenemos un deseo muy fuerte de hacer algo, esto puede producir una sensación de paz equivocada que, en realidad, viene de nuestro propio entusiasmo. Con el paso del tiempo, esa paz engañosa desaparece y la verdadera voluntad del Señor para nosotros emerge en nuestras vidas. Por este motivo nunca debemos actuar con demasiada rapidez para tomar decisiones importantes.
                                                      Cuando el diablo nos habla, él no nos puede dar paz, y cuando intentamos solucionar las cosas con nuestro propio entendimiento, tampoco podemos obtenerla: "...pero el ocuparse del espíritu es ...paz..." Pon tus decisiones en la "balanza de la paz", y no actúes si "pesa" menos que lo que piensas o escuchas. No tienes que explicar a los demás por qué no sientes paz con respecto a algo; a veces ni tú mismo lo sabrás. Solo di: "No es sabio que haga esto, porque no tengo paz". ¡Hay poder cuanto se siente paz! Y una vez que sepas que has oído la voz de Dios, haz todo lo que puedas para conservar esa paz y no estar ansioso.
                                                      La paz es una percepción interior de que tus acciones son aprobadas por el Señor. "Y la paz (la armonía espiritual que proviene) de Dios gobierne (actúe continuamente como árbitro) en vuestros corazones (decidiendo y solucionando con carácter definitivo todas las preguntas que llegan a tu mente en ese estado apacible) a la que asimismo fuisteis llamados ( a vivir ). El Señor nos dirige por medio de la paz, la cual es como un árbitro que decide cuando el balón esta "dentro" y cuando está "fuera de juego". ¿No tienes paz? Es porque tu pensamiento está "fuera de juego".   

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