jueves, 2 de noviembre de 2017

Entender la voluntad de Dios

                                                     Si consideras tu vida en retrospectiva, lo que más satisfacción te dará es saber que hiciste la voluntad de Dios. Pero para que así sea tienes que anhelar hacerla. Jesús dijo: "El que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios reconocerá si mi enseñanza proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta". Fijémonos en las palabras "dispuesto a hacer la voluntad de Dios" Por encima de acabar los estudios, casarte, pagar la casa o de cualquier otra cosa, tienes que desear hacer la voluntad de Dios. Alguien escribió: "Hubo ocasiones en las que dije que quería hacer Su voluntad, pero en realidad no era así. Es difícil reconocerlo, pero mirando en retrospectiva y con mucho más entendimiento me doy cuenta de que a veces me resistí a Su voluntad. Y me ha tocado aprender que la resistencia egoísta conlleva consecuencias."
                                                        Pablo amonesta: "Como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios. Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno haga, esto recibirá del Señor ..." Destaquemos la expresión "de corazón, haciendo la voluntad de Dios". Es decir, desde lo más profundo de tu ser. Más que complacer a otros, más que adquirir comodidades o estatus social, más que sentirte seguro, tu mayor deseo debería ser agradar a Dios. El salmista escribió: "Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón". Tu oración debería ser : "Señor,en todo lo que haga en este día mi deseo es agradarte y cumplir Tu voluntad".

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