No hay mejor ejercicio para fortalecer tu corazón que agacharte para levantar a alguien. Piénsalo bien: tus mejores amigos son éstos que te animan. ¿Quién quiere estar con alguien que siempre te está menoscabando?Un Dr. entrevistó al hijo de un próspero empresario. El chico no había querido ponerse al frente del negocio familiar tras la muerte de su padre, a pesar de la riqueza que eso le habría soportado. Se explicó así: 'Tiene usted que entender la relación que tuve con mi padre. Fué un hombre muy exigente que había ascendido a base de mucho esfuerzo. Su meta era enseñarme a depender de mí mismo y creía que la mejor manera de hacerlo era no animarme ni alabarme jamás. Todos los días jugábamos a la pelota en el jardín. Yo tenía que coger la pelota diez veces seguidas cuando él me la lanzaba.
Conseguía atraparla ocho o nueve veces pero en el décimo tiro, él hacía lo imposible para que no llegara a ella. La tiraba por el suelo o por encima de mi cabeza, con lo que no había forma de cogerla.' Luego se quedó en silencio y con lágrimas en los ojos añadió: 'Por eso tengo que salir del negocio: ¡quiero atrapar esa décima pelota!' Este joven creció entendiendo que nunca daría la talla, nunca sería lo bastante perfecto para agradar a su padre. ¿Te identificas? Alguien expuso: "El principio de la naturaleza humana mas arraigado es el anhelo de ser apreciado". Muchos de nosotros pensamos cosas muy buenas de otros, pero nunca se las decimos. La alabanza sólo tiene valor si se expresa. Por lo tanto, haz todo lo posible para animar a alguien hoy.
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