jueves, 15 de noviembre de 2018

Tengo paz en mi alma

                                                   La paz de Jesús nos da la seguridad de saber que pase lo que pase, "todo va a estar bien" Él nos dice: "Mi paz os doy...yo no os la doy como el mundo la da.  No se turbe vuestro corazón  ni tenga miedo" . La paz que da Jesús no depende de la situación  ni de las circunstancias. Radica en saber que eres hijo de Dios y que tu Padre tiene el control del universo, te ama y siempre quiere lo mejor para ti. Por eso algunos que lo han perdido todo, muchas veces te dirán que no cambiarían nada de lo que han aprendido, aún cuando eso significar recuperar lo que perdieron. Alguien halló una paz sobrenatural cuando un accidente le confinó a una silla de ruedas. Y otra persona experimentó esa paz en un campo de concentración nazi. La misionera Elizabeth Elliot la descubrió sirviendo a la tribu india que había asesinado a su esposo. Y escribió: "La paz se encuentra en la aceptación, no en resignarse". ¡Hay una gra diferencia!
                                                   Un escritor apunta al respecto: "La resignación es rendirse ante el destino. La aceptación es rendirse ante Dios. La resignación se hunde en silencio en un universo vacío. L aceptación se levanta para encontrar ese Dios que llena el universo de propósito y de destino. La resignación dice: No puedo'; la aceptación dice: 'Dios puede'. La resignación paraliza el proceso normal de la vida; la aceptación transforma ese proceso para que de él se desprenda la mayor creatividad. La resignación dice: 'Estoy acabado'. La aceptación dice: ' Ahora que me encuentro en éstas, ¿qué tienes Señor? La resignación dice : '¡Qué desperdicio!'; la aceptación dice: '¿Qué provecho vas a sacar de este caos Señor?' La resignación dice: 'Estoy solo'; la aceptación dice: 'Te pertenezco, Señor'    

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