La tecnología nos permite hacer cosas que antes no podíamos hacer, pero puede crear adicción. Puedes quedarte enganchado de tal forma que quedes exhausto. Señala un experto:
"Existe una fuerte tendencia en los humanos de querer hacerlo todo. Si a eso se añade estar siempre conectados, el resultado es que nunca se acaba la jornada laboral. Es fácil contactar con alguien a cualquier hora, y con tanta información disponible en internet, se puede pasar la vida dándole al ratón.' Pablo nos habla de "(aprovechar) bien el tiempo" Decimos: "El tiempo es dinero" pero en realidad, tiene mucho más valor , porque es un recurso no renovable, una vez gastado, ya no vuelve. Manejar el exceso de información requiere volver a establecer los limites que ha destruido la tecnología.Por lo tanto:
Reconoce los síntomas: Si te comunicas con gente todo el día pero sigues sintiéndote solo, es muy probable que la tecnología esté dominando tu vida. Ve adentrándote poco a poco: desconéctate durante cortos períodos de tiempo, y verás que no pasa nada. ¡El engranaje industrial sigue su ritmo! ¡No te tiene en cuenta! Recuerda que tú eliges: Las personas que piensan que tienen que estar disponibles las veinticuatro horas del día, o se creen más importantes de lo que son o exageran el control que otros tienen sobre ellos. Márcate unos límites: reduce el número de correos electrónicos y mensajes instantáneos. ¿De verdad necesitas mandar tantos e-mails de información sobre lo mismo? Da instrucciones claras: informa a las personas que responderás a sus correos en momentos determinados del día y hazles saber como contactar contigo si necesitan una respuesta urgente. Haz una lista de tareas. De esa manera, si eres interrumpido volverás a retomar el hilo con más rapidez. Cíñete a un horario. Entrar y salir del ordenador es la típica interrupción que te impones a tí mismo. Haz un balance de situación y antes de seguir navegando por la red, pregúntate: '¿Debería estar haciendo esto ahora?
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