sábado, 28 de marzo de 2020

Acabar bien

                                               La carrera que Dios ha puesto delante de nosotros no es nunca fácil. Correr demanda compromiso.Alguien escribe: "He vivido lo suficiente para conocer a hombres y mujeres cuyas vidas fueron dedicadas a Dios hace años, pero que desde entonces han abandonado la carrera...han desertado...han perdido su anhelo por el Señor. El temor de seguir sus pasos me acosa...y es bueno que sea así sea...La fidelidad de mi caminar con Dios depende de mi disposición aq mantener mi relación con Él. No quiero jamás perder de vista lo maravilloso que es Él en mi vida y el privilegio que es servirle hasta el día en que me reciba en su presencia. Es pasión es una fuerza que me empuja, y hace que me mantenga genuino y humilde...lo último que deseo es llegar a la meta arrastrándome como un cristiano derrotado, o lo que es peor, abandonar la carrera antes de que se acabe mi vida. Quiero romper la cinta de la meta con los bvrazos en alto y mi rostro hacia el sol".
                                                 Pablo dijo: "...He acabado la carrera...Por lo demás, me está reservada la corona de justicia..." . Fíjate bien; el coraje sumado al aguante y a la fidelidad, da como resultado la recompensa. Un fotógrafo dice: " Cuando me siento estancado, me voy a contemplar a un cantero, golpeando una y otra vez la roca, a veces hasta 100 veces, sin que se vea ni la menor grieta. Y sin embargo
cuando lo hace por 101 vez, el golpe abre la piedra en dos. Sé bien que no fué el último golpe el que abrió  la roca, sino que cada uno de ellos fue haciendo mella poco a poco." La Palabra de Dios es "...como un martillo que quebranta la piedra..." Por ello "asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo (puedas gloriarte de que no has corrido en vano)..."   

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