miércoles, 4 de marzo de 2020

Rendirse (2)

                                                Cuando empecemos a hacer las cosas como Dios quiere, en lugar de seguir nuestro criterio experimentamos tres grandes beneficios: 1) Tendremos paz. "Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz y la prosperidad vendrá a ti" 2)Tendremos libertad. "Pero gracias a Dios que, si bien antes erais esclavos del pecado, ahora estáis obedeciendo  de corazón las enseñanzas que habéis recibido" 3)Tendremos poder: "Someteos a Dios y resistid al diablo, el cual huirá de vosotros
Las tentaciones pertinaces y los problemas abrumadores son superados por Cristo en el momento en que nos rendimos a Él.
                                                 Al acercase Josué a las murallas de Jericó, tuvo un encuentro con Dios, se postró, adoró y se rindió a sus planes diciendo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo>? La rendición de Josué condujo al pueblo hebreo a una victoria espectacular. Es es precisamente la paradoja: ¡ganas la guerra cuando te rindes! El hecho de rendirnos no nos hace más débiles, sino más fuertes. Cuando nos rendimos a Dios, no tendremos que hacerlo a nadie más ni a ninguna otra cosa. El fundador del Ejército de Salvación dijo: La grandeza del poder de un hombre radica en la medida de su rendición a Dios". Todo el mundo se rinde ante algo. Si no es a Dios, lo haremos a las opiniones y expectativas de los demás, o al dinero, o al resentimiento, al temor , a nuestros deseos o a nuestro ego. Somos libres de elegir ante qué o quien nos rendimos, aunque no podremos deshacernos de las consecuencias de esa elección . Alguien dijo: "Si no te rindes a Cristo, te rindes al caos". Jesús es nuestro modelo por excelencia. La noche antes de su crucifixión
se sometió al plan de Dios diciendo: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".

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