viernes, 20 de marzo de 2020

Formar hombres y mujeres de Dios (2)

                                                Enseña a tus hijos la importancia de defender lo que es correcto. Nuestros hijos se inclinan a hacer lo que agrada a las personas que cuentan en su vida--ya sea bueno o malo--por esa necesidad innata de ser aceptados. Si sus compañeros lo hacen, el querer ser aceptados por ellos será una influencia determinante. No se trata de niños malos o  niños buenos, ni de moralidad o inmoralidad-¡sencillamente son niños! Recordando Salomón sus años jóvenes con las tentaciones de la edad
escribió unos consejos a su hijo: "Hijo mio, si los pecadores intentan engañarte, no lo consientas, Si te dicen: "Ven con nosotros...no vayas en el camino con ellos..." Dice el refrán: "Dime con quien andas y te diré quién eres". Si queremos que nuestros hijos se mantengan firmes en las cosas de Dios y se opongan a las influencias destructivas, deberán recibir instrucción y dirección  en tres aspectos fundamentales.
                                               Primero, el significado de la verdadera amistad. Enséñales que el verdadero amigo, busca lo mejor para el otro; por consiguiente, si alguien les conduce a situaciones de peligro o de pecado, ése no es un amigo. Segundo, la ley inevitable de las consecuencias: "...Todo lo que el hombre siembre, eso también segará, porque el que siembra para su carne----segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu...segará vida eterna". La mejor manera de reforzar tus enseñanzas es decidir no rescatarlos de sus consecuencias cuando hagan algo indebido. Tercero, quiénes son los verdaderos héroes. En lugar de estrellas de rock p deportistas famosos de moralidad dudosa, preséntales a tus hijos héroes de la Biblia que fueron modelos de bondad, buen comportamiento y valentía en medio de las presionas a las que fueron sometidos.  

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