domingo, 22 de marzo de 2020

Formar hombres y mujeres de Dios (4)

                                              Enseña a tus hijos a manejar las tentaciones.Diles que son normales y que no se sientan abrumados por el número de veces que son tentados. "...Cada uno es tentado, cuando de su propia pasión es atraído y seducido" Tus hijos necesitan saber como enfrentar dos fuentes tentadoras poderosas. Primero, en el área del pecado sexual. A través de la televisión y de internet se tiene acceso muy fácil a todo tipo de cosas, algunas buenas y otras perversas. Éstas últimas seducen a los usuarios para que experimenten con comportamientos que destruyen la salud, las relaciones y hasta la vida. Tus hijos necesitan que les hables  con claridad y seriedad de esos temas delicados, y que lo hagas periódicamente, no que les des una única charla en la que tú mismo te sientes muy incómodo. "Hijo mio ...los labios de la mujer extraña destilan miel...pero su final es amargo como el ajenjo...Sus pies descienden a la muerte...Aleja de ella tu camino...y (no) gimas al final, cuando se consuma tu carne y todo tu cuerpo". Salomón habló muy claro a sus hijos; haz tú lo mismo. Segundo, la tentación en el área de las adiciones. Una vez más Salomón nos da las pautas. " ¿Para quién serán los ayes? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas?...¿Para quién las heridas sin razón?....Para los que no dejan el vino, para los que van probando mixturas". ¡La vida del adicto no es divertida!, porque "...al fin muerde como una serpiente, causa dolor como un áspid. Tus ojos verán cosas extrañas y tu corazón dirá cosas perversas" No dejes que el enemigo engañe a tus hijos. Ora por ellos sin cesar, habla la Palabra de Vida a su corazón, créele a Dios y verás como se manifiesta en sus vidas.  

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