martes, 31 de marzo de 2020

Servir sin agobiarte ni agotarte

                                                 Fuimos salvados para servir, no mirar desde la barrera. Pero aunque estemos sirviendo en lo que Dios quiere, no podemos sobrecargar. Nos gusta servir al Señor, pero a veces nuestras actitudes nos agobian. Si sirves sintiéndote incapaz de hacer la tarea y a la vez queriendo cumplir todo a la perfección, puedes acabar quemado. Esa mezcla de incapacidad y perfeccionismo nos empuja a comportamientos compulsivos, restringiendo  nuestro gozo e incrementando nuestra tensión. Cuando nos sentimos atrapados, no sabemos si debemos abandonar--con el consiguiente malestar al contemplar tal acción--o seguir adelante y sentirnos abrumados. Entonces elegimos una de dos alternativas; o bien nos hacemos responsables en extremo, llevando nuestras cargas y las de las demás, o bien tiramos la toalla y dejamos que otros lo hagan todo.
                                                   ¿Dónde está la solución? Lo primero es no servir para agradar a nadie, porque este es el motivo equivocado, y además no funciona. Y cuando las cosas no salen como queremos, nos esforzamos aún más para recibir aprobación y acabamos muy decepcionados. Pablo escribe: "¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios?...Si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo". Nuestra aprobación debe proceder de Dios, no de los hombres. Segundo, no podemos servir en nuestras propias fuerzas. Jesús dijo: "...No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Todo lo que Padre hace, también lo hace el Hijo..." Jesús y el Padre eran "uña y carne". Eso es cooperación e interdependencia. "Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí" Así servía Pablo: "..Trabajo, luchando según la fuerza de Él, la cual actúa poderosamente en mí". El apóstol trabajó intensamente, pero su energía provenía de Dios, no de él. No olvidemos, pues, cúal es la fuente de nuestra efectividad, y eso eliminará todo agobio y toda tensión cuando sirvamos.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario