sábado, 16 de mayo de 2020

Andar sobre las aguas (1)

Cierta noche, los discípulos estaban pescando cuando se desencadenó una terrible tormenta. Alrededor de las tres de la mañana, se espantaron al  ver una figura que se les acercaba en el agua. "Pero enseguida Jesús les habló...¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis...le respondió Pedro y dijo: Señor si eres Tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y Él le dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús" Lo primero que nos enseña este episodio  es que si el Señor no te pide hacer algo, ¡no lo hagas!. Se cuenta de un hombre que estaba a las puertas del cielo. San Pedro le dice:
'Cuéntame algunas buenas obras que hayas hecho en la tierra'- El hombre respondió: Bueno, pues una pandilla de "moteros" estaba molestando a una mujer, así que los golpeé fuerte, les dí buenas patadas a las motos  y les arranqué los anillos de la nariz' Impresionado, San Pedro le dijo: ¿Cuando fué eso? El hombre respondió: 'Hace 30 segundos' Para andar sobre las aguas tienes que discernir entre la voz de Dios y tus propios instintos.
                                             La segunda enseñanza es que para poder ser testigos de milagros, debemos salir de nuestra comodidad. Ponte en el lugar de Pedro. La tormenta está rugiendo y tiene miedo. La barca es un lugar seguro y cómodo. ¿Quién no querría quedarse allí? ¡Pero no lo hagas! Dios te ha creado para algo más, que para simplemente evitar cometer errores; te ha llamado a que des los pasos de fe a fin de cumplir su cometido. Quizás te preguntes: ¿Cual es mi barca?' Cualquier cosa en la que pones tu fe en las tormentas de la vida; quizás un trabajo o una persona. Tu barca es cualquier cosa que te impide dejar la comodidad. Salir de ella te asusta, pero si lo haces, será el paso más gratificante que hayas dado nunca.  

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