domingo, 17 de mayo de 2020

Andar sobre las aguas (2)

                                                 Cuando Pedro se convenció de que era Jesús el que le llamaba, dejó la seguridad del barco y se encomendó al poder de Dios.Hasta ahí, todo bien. "Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor, sálvame!. Así pues, debes enfocarte en el Señor, no en la tormenta. Todos sabemos cómo nos sentimos cuando nos "azota la ola"Empiezas algo  nuevo muy ilusionado: Un trabajo, una relación,  un área de crecimiento espiritual, pero luego llegan las tormentas y los contratiempos, Jesús dijo: "...Siempre tendréis en el mundo pruebas...". Espéralas, son parte de la andadura de la fe. Aunque temeroso, sigue adelante.  
                                                     Para crecer, tienes que alcanzar nuevos retos. Cada vez que lo hagas te sentirás aprensivo, porque el crecimiento y el temor van de la mano. Pero cada vez que saltes del barco, estarás más preparado para hacerlo la próxima vez . Y cada vez que te tires al agua sin ahogarte, te darás cuenta de que el miedo ya no se apodera de tí. Y también sucede al contrario, cuando resistes la voz de Dios y decides quedarte en el barco, su voz se irá apagando poco a poco hasta que ya no la oigas. ¿No merece la pena arriesgarlo todo para evitar eso? Además, el quedarte en el barco no te garantiza que vayas a estar libre de todo peligro, sólo hará que mueras por otras causas. Para vencer al temor, sal de la barca un pooco más cada día hasta que éste ya no ejerza poder alguno sobre tí.

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