No permitas que el temor se apodere de ti en los últimos años. Ni que las incógnitas de la vida, tales como las finanzas, la salud, la soledad, la pérdida de amigos y familiares te abrumen. La Biblia dice: "Así como tú no sabes cuál es el camino del viento ni como crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así también ignoras la obra de Dios..." Hay muchas cosas en la vida que nunca has sabido ni sabrás, y a pesar de eso, Dios te ha traído hasta aquí. Por ello "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y Él hará derechas tus veredas . No seas sabio en tu propia opinión ...porque esto será medicina para tus músculos y refrigerio para tus huesos.
Tu protección en la vejez es conocer a Dios, no el saber muchas cosas. Pon todas las incógnitas en las manos de Dios y confíale todos tus temores. "Por la mañana (en tus años jóvenes) siembra tu semilla, y a la tarde (en tu vejez) no dejes reposar tus manos..." ¡Sé activo, no vegetativo! Y decide alegrarte todos los días . El General MacArthur decía: "Los años arrugan la piel, pero la falta de interés arrugará el alma. Cuando te desconectas del mundo y tu corazón se cubre de la nieve del pesimismo y del cinismo, entonces eres viejo." Proponte disfrutar del regalo de la longevidad con alegría.
"Aunque un hombre viva muchos años...(que) en todos ellos tenga gozo...".
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