lunes, 20 de abril de 2020

Firmes en su promesa

                                               Los padres de Christopher se negaron a creer que no había esperanza para su hijo, a quien le habían diagnosticado un tumor cerebral maligno. Tras estudiar las radiografías, el cirujano les dijo: 'No les puedo dar ninguna esperanza.' La madre respondió: Los expertos nos mandaron a Georgia, pero Dios nos indicó que viniéramos a Baltimore porque aquí había un doctor que nos ayudaría. Creemos que usted es ese médico. El médico replicó: 'Haré todo lo humanamente posible' mientras oraba por un milagro. Cuando operó al muchacho, parecía que el tronco encefálico había sido consumido por el cáncer y sin él no hay vida posible. En la sala de espera les dijo a sus padres "Lo siento,pero no he podido ayudar a su hijo, Todos hemos orado, pero a veces Dios opera de maneras que no entendemos". A pesar de eso, los padres nunca dudaron y dijeron: 'Dios va a sanar a nuestro hijo; estamos aferrados a su promesa.'
                                                 El cirujano admiraba su fe pero los indicios eran irrefutables. Durante tres días Christopher estuvo en estado comatoso, aunque sus ojos conseguían fijarse en algo y sus movimientos físicos mejoraron ligeramente . Después de otra ecografía, el doctor volvió a operar al joven y tras extirpar
toda la masa cancerígena, capa por capa, y limpiar bien las hendiduras, se encontró con que el tronco encefálico estaba un poco deformado, pero intacto. Un mes más tarde los padres  llevaron a su hijo a casa y junto con el doctor dieron gracias a Dios por el milagro. "...Es necesario que el que se acerca a Dios crea que...recompensa a los que le buscan" El neurocirujano dijo: 'El día que salieron del hospital, la gloria se reflejaba en sus rostros y pide volver a oir en mi mente la voz de mi madre que me decía: 'Si pides algo a Dios creyendo, Él lo hará....Él lo hará.'       

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