jueves, 23 de abril de 2020

No te enamores del mundo

                                             El hecho de que este mundo no es nuestra morada permanente explica por qué a veces tenemos dificultades, decepciones y rechazo. Asimismo, explica por qué parece que algunas promesas nunca se cumplen, algunas oraciones no son contestadas y algunas circunstancias son injustas.
¡Esta vida no es el final! Para evitar que nos aferremos demasiado a este mundo, Dios permite que experimentemos cierta incomodidad--con anhelos que nunca serán cumplidos en este lado del cielo. ¡No nos sentimos totalmente felices aquí porque no tenemos que serlo! En cuanto estemos dos segundos en el cielo, miraremos aquí y diremos: '¿Por qué le dí tanta importancia a las cosas de la tierra?' Cuando mueras, ¡no dejarás tu casa, sino que irás a casa!.
                                                Imagínate que eres un embajador en una nación hostil. Tendrás que aprender su idioma y adaptarte a sus costumbres. No podrás aislarte, y para poder cumplir bien tus funciones, deberás entender lo que pasa a tu alrededor y relacionarte con los que te rodean. Pero ¿ qué pasa si te enamoras de ese país y empiezas a preferirlo al tuyo? Tu lealtad y tu compromiso  quedarán en entredicho. En lugar de representar a tu país, te comportarás como un traidor. La Biblia dice: "...Somos embajadores en nombre de Cristo....". Por ello, no te apegues demasiado a lo que está alrededor, porque es temporal. "...Los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutarán, porque la apariencia de
 este mundo es pasajera" Por lo tanto, usa las cosas de este mundo, sácales el máximo provecho para cumplir los fines de Dios, pero ¡no te apegues a ellas!.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario