miércoles, 22 de abril de 2020

La importancia de amar a los demás

                                              No hace mucho tiempo se ahorcó un niño de 12 años en Florida. ¿Por qué lo hizo? Porque al día siguiente empezaba en un nuevo colegio y como era gordito tenía pavor de que los otros niños se fueran a reír de él. La vergüenza es uno de los sentimientos más dolorosos. La mayor bondad que podemos brindar a los demás es ayudarles, con nuestro amor y aceptación, a que pierdan ese falso sentido de vergüenza. Cuando los discípulos se encontraron con un ciego de nacimiento, le preguntaron a Jesús:
"...¿Quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?. No les preocupaba el hecho de que ese hombre necesitara ayuda, ni el que hubiera pasado toda la vida en la más completa oscuridad. Lo que hicieron fue ponerse a debatir el origen de su discapacidad--¡en frente de él!.
                                                Es más fácil etiquetar a las personas que amarlas. Les ponemos etiquetas a las cosas porque creemos que sabemos lo que está dentro, y lo mismo hacemos con las personas. Preferimos debatir la homosexualidad que hacernos amigos de alguien que es gay, condenar el divorcio en lugar de ayudar a sus víctimas, debatir el tema del aborto en lugar de colaborar con un orfanato, y despotricar de los servicios sociales en lugar de ayudar a los pobres. Jesús novio al ciego como víctima del destino, sino como una oportunidad para hacer algo positivo. Por eso dijo a sus discípulos: "..Estáis buscando a alguien a quien culpar ...mirad sin embargo, lo que Dios puede hacer", Si no amas a la gente, no amas a Dios; de hecho ni siquiera lo conoces. Debes orar: "Señor, recuérdame hoy que el mayor regalo que tengo para dar a otros es tu amor." Si estás convencido y empiezas a orar de esa manera, la gente se abrirá a recibir la ayuda y la sanidad de Dios.

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