lunes, 27 de abril de 2020

Hazte amigo de Dios (1)

                                               Jesús dijo a sus discípulos: "Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer ". Resaltemos que es Jesús el que inicia la amistad, sabiendo de antemano todos los problemas y las posibilidades que conlleva. Con todo, Él dice: "...Os he llamado amigos..." ¡Maravilloso!
En las cortes de los reyes, los siervos deben mantener las distancias, pero hay un círculo íntimos de personas que disfruta de un contacto más estrecho, tiene acceso directo y goza de información confidencial. ¿Cómo puedes llegar a ser amigo de Dios? Conversando continuamente con Él. Dios quiere que le incluyas en cada actividad de tu vida y que tengas comunicación con Él a lo largo del día, diciéndole lo que haces en ese momento.
                                                El Hermano Lorenzo, un humilde cocinero de un monasterio francés del siglo XVII escribe: " La clave para la amistad con Dios no está en cambiar lo que haces sino en cambiar tu actitud respecto a tus actividades. Haz para Dios lo que normalmente haces para tí, ya sea comer, bañarte, relajarte o sacar la basura". Muchos pensamos que tenemos que apartarnos de todo para vivir la intimidad con Dios. Creemos eso porque no hemos aprendido a reconocer y a cultivar su presencia en todas las cosas. No hay ningún lugar donde te vayas a sentir más cerca de Dios que donde te encuentres ahora mismo. En el Edén no había rituales--sólo una relación  natural y estrecha  entre Dios y sus criaturas. Sin ninguna carga de culpa, se deleitaban en Dios y Dios con ellos. ¿Es posible tener semejante relación? ¡Por supuesto que sí! "Cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Él mediante la muerte de su Hijo..."

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