Cierto día una mujer que sufría de depresión se tiró al río desde un puente. Sin pensarlo dos veces, un hombre que estaba cerca se tiró para salvarla. Pero "nuestro héroe" se dió cuenta de repente de que no sabía nadar, así que empezó a chapotear y a gritar para pedir auxilio, Al oír los gritos, la mujer deprimida nadó hasta donde estaba el hombre, tiró de él hasta la orilla, le hizo la respiración boca a boca y le salvó la vida. ¿Qué sucedió? Pues que la mujer se topó con una necesidad mayor que la suya y al suplirla, encontró una razón por la que vivir. Jesús dijo: "...Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere ( a sus propios intereses) lleva mucho fruto" Antes de eso Jesús había dicho: "No os angustiéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido".
Una razón de vivir no puede ser el éxito en los negocios, ni las cosas materiales.Necesitas un propósito mayor y Dios te lo dará si se lo pides. Algunos nacen sabiendo a lo que Dios les ha llamado; otros lo descubren más tarde, y otros incluso en su vejez. En ciertos casos, ese llamado se hace evidente después de una tragedia o de la pérdida de un ser querido. Lo único que importa es que lleguemos a identificar el propósito de Dios para nosotros y que nos dispongamos a cumplirlo. Alguien escribió: "Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre; pero a menudo seguimos contemplando la que se ha cerrado durante tanto tiempo, que no vemos la que Dios nos ha abierto". Entonces, ¿ya sabes cual es el propósito de tu vida?.
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