martes, 14 de abril de 2020

Envejecer (5)

                                            Nuestra cultura venera a las estrellas de rock y del deporte, pero a menudo margina a sus ciudadanos de más experiencia y sabiduría. ¡Qué insensatez! Nosotros, la familia de Dios, deberíamos tratarnos los unos a los otros según los valores de Dios. veamos como Él quiere que tratemos a nuestros mayores. 1) Tenemos que honrarlos. "Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano. De tu Dios tendrás temor..." Fíjate que es un mandamiento, no una opción. Si no respetamos a los ancianos, no respetamos a Dios; no es un asunto cultural, sino divino, así que enséñaselo también a tus hijos. "Corona de honra es la vejez que se encuentra en el camino de la justicia" 2) Debemos animarlos. Eso no significa ser condescendientes con ellos, ni tratarles como a niños y hacerles todo: tales comportamientos sólo minan su dignidad y les despojan de toda iniciativa. Animarlos es creer en las capacidades que Dios les ha dado y resaltar sus cualidades positivas y productivas. Se trata de motivarlos para que se involucren en servir en algo significativo, no simplemente ocuparles en tareas rutinarias, humillantes y sin sentido. Los mayores se sienten que aportan algo cuando se valora su sabiduría y sus destrezas. 3)Debemos sostenerlos. Eso incluye apoyo material y financiero, teniendo en cuenta las pautas bíblicas, porque "si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo" Sostenerlos también abarca el hacerles partícipes de las actividades de la familia y de la iglesia. Por último, sostenerlos requieren que oremos a menudo por ellos y por sus necesidades. 

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